INTOLERANCIA

'La Oficina de Extranjería es un monstruo que solo traerá marginidad, inseguridad y delincuencia a nuestras calles y parques'

El asunto comenzó hace meses, cuando la Junta de Andalucía seleccionó un predio del Barrio San Luis para instalar la Oficina de Extranjería de Almería.

Hasta el momento los inmigrantes han debido hacer largas colas a la intemperie en distintos sitios del centro mismo de la ciudad.

Ahora se les pretende brindar comodidades para la gestión de trámites. Un sitio con amplia recepción para evitar las esperas bajo el calcinante sol del verano o los días nublados de invierno.

Poco parece importar a los vecinos de San Luis, que el local que se está construyendo especialmente asegure al barrio la total independencia de trámites-aceras. O sea, que la realización de los trámites no obligará a los inmigrantes a pernoctar en la calle.

Tampoco se les asegura que los extranjeros no vayan a caminar por las calles de su barrio. Eso sería como pretender que los residentes de lugares alejados del centro no vinieran a éste o viceversa.

Pero San Luis no es el único barrio donde se ha dicho ¡NO! a la ubicación de la Oficina de Extranjería.

Y ésto me duele como inmigrante que procedo de un país que abrió los brazos a tantos españoles e italianos cuando en uno de los ciclos normales de la historia, éramos los americanos los anfitriones.

Pero más me duele como almeriense que me considero, por afecto y por respeto a la ciudad que me recibió, ver como en la tierra donde conviven tranquilamente 160 nacionalidades, comienzan a surgir brotes de intolerancia xenófoga .

¿SON LOS INMIGRANTES DELINCUENTES?

Muchas veces se ha intentado culpar de la inestabilidad existente en materia de seguridad en España, a la inmigración.

Invariablemente el tema ha tenido pocas semanas de credibilidad porque las pruebas demuestran, sin lugar a dudas, que no hay más criminalidad entre los inmigrantes que la que existe por parte de los propios españoles.

Los porcentajes no cuadran para quienes pretenden demostrar que la inmigración conlleva delincuencia.

La consigna que congregó en una manifestación en el centro de Almería a un centenar y medio de vecinos del barrio San Luis, no deja de ser una aberración que conculca de manera flagrante los derechos humanos y los principios de la convivencia democrática y, que a mi juicio, ya de por sí, son constitutivos de delito, ni más ni menos.

En el siglo XXI y en el contexto de una España, progresista, democrática y defensora a ultranza de los Derechos Humanos, ésto viene a ser una provocación al propio Estado y cualquier autoridad debería haber actuado en forma inmediata porque con ello, como mal menor, se fomenta el odio.

'La Oficina de Extranjería es un monstruo que solo traerá marginidad, inseguridad y delincuencia a nuestras calles y parques'

¿No sería posible pensar con la cabeza y razonando darnos cuenta que los inmigrantes que llegan a España -sin importar el sitio en el que se encuentren radicados o en forma transitoria- son en su mayoría una bendición que traerá al país -y al barrio donde se asienten- la mano de obra que traducida en aportes sociales representa la seguridad de los españoles de seguir cobrando pensiones jubilatorias.

MANIFESTACIÓN DEFENDIENDO ALGO QUE NO SE SABE QUÉ ES

El sábado 17 de febrero del 2007, como ya lo habían hecho en otras oportunidades en distintos sitios de la ciudad, los vecinos del Barrio San Luis se manifestaron desde la Plaza San Sebastian-Puerta Purchena, hasta la Sub Delegación del Gobierno Central, según sus organizadores: 'defendiendo su barrio'.

Las consignas deben tener una base sobre las que sostenerse y más allá del temor que se ha infundido a los vecinos, nos preguntamos ¿defender, de qué o de quienes?

Si es de delincuentes, no es a una dependencia que se ocupará de gestionar permisos de residencia y trabajo a ciudadanos extranjeros a quien se debe atacar.

Como base de mejor entendimiento, debería pensarse que no son precisamente las mafias delictivas las que solicitan estos permisos, sino la que podría -si no se les quiere ver como a seres humanos- catalogarse de mano de obra necesaria.

Los delincuentes son tanto españoles como extranjeros y, si de lo que se quiere librar al barrio es de que haya gente 'diferente' por sus calles ¡hubiéramos empezado por allí!

Ni moros, ni subsaharianos, ni ecuatorianos, ni rusos, ni nadie con la piel de otro color, una religión que no sea la católica o un idioma que no sea el hablado en las regiones españolas.

Si el no a la instalación de la Oficina de Extranjería en San Luis, no es una grave apertura a la xenofobia ¡que me digan que es xenofobia!

®Graciela Vera Cotto

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